miércoles, 25 de noviembre de 2009

La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual


Abordar el Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA) desde lo que conocemos como las cinco preguntas básicas del periodismo nos permitirá (a eso aspiramos) no solo esclarecer algunos interrogantes que plantea sino también reflexionar sobre el mapa mediático que tenemos hoy en el país y resolver, en forma conjunta, si responde a la premisa básica: tratamiento de la información como bien social.
A la hora de responder estos interrogantes estaremos, como ciudadanos, preguntándonos por qué ahora, por qué este gobierno, por qué de este modo y, sobre todo, para qué esta Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Demasiados interrogantes para responder en este momento crucial en el que, el concierto de medios de comunicación, tendrá que poner en juego su capacidad de autocrítica y su poder de reacomodación.
Algunos saldrán airosos en el intento otros sucumbirán a la tentación de hacer primar sus intereses económicos a la trayectoria periodística que los ha llevado a sobrevivir a crisis aún más profundas.
La subestimación del grado de conciencia de la población sobre  la concentración de medios existentes en el país es el talón de Aquiles de quienes se precian de ser profesionales, objetivos,  imparciales.
El especialista en políticas de comunicación e investigador y docente en las universidades nacionales de Quilmes, Buenos Aires y La Plata, Martín Becerra, asegura: “a nadie se le escapa que esta sociedad está moldeada por el actual sistema de medios, y evitar que ese sistema se transforme es una evidente complicidad con su estado actual de funcionamiento”.
Becerra agrega: “La oposición…no toma nota del grado de consenso que tiene este proyecto en las organizaciones de la sociedad civil, y no es consciente del grado de rechazo que hay en la Argentina a los monopolios mediáticos. Y si no advierte este aspecto, va a sufrir un gran traspié. Porque aliándose con los grandes grupos, en esto que yo llamo pacto fáustico en el que entregan su sangre a cambio de la promesa de la vida eterna, no se dan cuenta de que los medios nunca te dan la vida eterna y te clavan el aguijón cuando menos lo esperás. Me parece que se equivocan muchísimo y subestiman el grado de conciencia que tiene la sociedad sobre este tema”.
Un mayor espacio a productos audiovisuales de origen nacional y popular, diversificación y renovación de las licencias y la televisación de los partidos de fútbol por canales abiertos, son algunos de los cambios fundamentales que plantea el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA) que reemplazó a la antigua ley de radiodifusión sancionada durante la dictadura. Muchos alertaron sobre el peligro de la libertad de prensa y las maniobras del gobierno nacional. Otros, despojados de intereses empresariales, apoyaron la iniciativa.
Creemos que es muy pronto para conocer los alcances de este cambio, y las estratagemas de sus enemigos.
La lucha sigue (con su alegría, con su paso lento pero seguro), y esta victoria sólo nos convence de la necesidad de seguir hasta que los medios reflejen en la misma medida lo que les conviene y lo que no, y cada ciudadano tome de ellos las herramientas para formar su propia opinión, y valorar su realidad.

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